El
viernes 23 de septiembre salimos temprano al aeropuerto de Río para volar hacía
Foz de Iguazú, el lado brasileño de las cataratas. En cuanto llegamos al
pequeño aeropuerto cogimos un bus camino al parque natural donde están. Todo es
muy organizado y fácil para los turistas, en el parque por ejemplo pudimos
dejar las mochilas en lockers para luego ir a pasear.
Después
de un recorrido en bus dentro del parque como de 10 minutos, te dejan en un
camino en la montaña y ahí es impresionante porque empiezas a oír el ruido del
agua al caer. Después de un rato caminando de repente empiezas a verlas. El Río
Iguazú hace frontera entre Argentina y Brasil. Es un río ancho de unos 200 ó
300 metros. El 85% de las cataratas están en el lado argentino pero desde donde
se puede ver una vista panorámica de éstas es desde el lado brasileño.
La
imagen es preciosa, impresionante y emocionante. Lo que más nos impacto fue la
longitud que tienen, son uno o dos kilómetros llenos de cataratas enormes con
una altura de unos 70 metros, y la fuerza y la cantidad de agua que cae, es
bestial!!. Es desde luego, lo más maravilloso que hemos visto de la
naturaleza. Al final del recorrido, hay
un par de cataratas que están a este lado, así que pudimos caminar por la
“garganta del diablo”, una pasarela que se mete en la mitad del río entre dos
saltos de agua. A la derecha tienes multitud de cascadas con el agua
salpicándote y mojándote y a la izquierda puedes ver como el agua cae hacia
otra parte inferior del río como si estuvieras en un balcón.
El
recorrido es de aproximadamente dos horas andando por la parte brasileña del
río en las que estás continuamente viendo cataratas, incluyendo las muchas
paradas que haces para disfrutar y hacer fotos.
Por
la tarde cogimos otro bus y nos fuimos al lado argentino de las cataratas,
donde dormimos dos noches y donde nos encontramos con Marcela, Alex y Viny.
Gran reencuentro.
Esa
noche salimos a cenar y nos fuimos a descansar para salir temprano el sábado e
ir a las cataratas del lado Argentino. Ahí contratamos un tour que incluía una
ruta en camiones cuatro por cuatro por el parque natural y la lancha en la que
vas por el río hasta las cataratas, que se llega a acercar a muy pocos metros y
de donde sales totalmente mojado. Da un
poco de susto la fuerza del rio que tiene remolinos, y pues cuando te metes
cerquita de las cataratas, pero es muy divertido como pueden ver en las fotos,
nos reímos todo el tiempo pues había momentos en los que ni podías abrir los
ojos del agua que caía.
Luego
recorrimos las cataratas desde la parte de arriba. La parte argentina de la
cataratas te permite vivirlas desde cerca con mucha más intensidad, estás
continuamente asomándote a ellas y también debajo de ellas, es decir estás todo
el tiempo mojado por el agua que salpican y escuchando el ruido de la fuerza con
la que cae y de los saltos de agua.
Para ver el lado argentino necesitas un día
entero ya que son quilómetros de pasarelas. El lado argentino también tiene una
“Garganta del Diablo” que es posiblemente la parte más bestia y bonita. Otra
cosa especial son la multitud de arcoíris que se forman con el sol y las nubes
de agua salpicada. Es impresionante y difícil de describir, así que lo mejor son
las fotos para que vean un poquito.
El
domingo, ellos fueron al lado brasileño y nosotros aprovechamos para descansar.
A las 6 de la tarde volamos todos a Buenos Aires.
Iguazú
debe ser un destino imprescindible para los que les gusta la naturaleza. Es una
verdadera maravilla.
Chicos lo primero mandatos muchos besossssss españoles.....Es impresionante todo lo q publicáis, q sepáis q os sigo..... Y lo único q os puedo decir q me dais una enidiaaaaaa x favor seguir publicando ok. Se os ve geniallll de peli. Muakkkkkkkkk. Cris
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