El
domingo, recién aterrizados de Iguazú fuimos a cenar a un sitio típico en San
Telmo, así que pudimos ver en el parque a la gente practicando, aprendiendo y bailando
tango. Maravilloso el ambiente. Cenamos en un sitio típico de carne, delicioso,
y nos quedamos un rato por ahí tomando algo y charlando.
El
lunes empezamos a recorrer la ciudad, el microcentro, lleno de gente y
edificios ochenteros; Puerto Madero, donde teníamos el apartamento, es una zona
muy bonita, llena de edificios modernos de apartamentos y oficinas bordeando el
Río de La Plata. Por la noche cenita en Palermo Soho en un peruano y luego
fuimos a una Milonga, un sitio típico donde la gente se reúne a bailar tango. Gente
de todas partes y de todas las edades, que llegan a las 11 o 12 de la noche, se
ponen los tacones y zapatos para bailar, y esperan a que las saquen a bailar.
Un baile dura 3 tangos, y se baila muy pegado. Aunque la música es muy
nostálgica es un baile súper íntimo, donde la mujer se pega al hombre y se deja
llevar como una muñeca. Estábamos tan fascinados que estuvimos como 3 horas
sentados callados viendo a la gente bailar. Milongas hay todos los días en
distintos barrios. Hay hasta un mapa de milongas para que sepas a cuál ir cada
día de la semana.
El
martes hicimos un city tour que recorría las principales zonas de Buenos Aires
y, aunque nos congelamos porque justo hizo frío, nos divertimos mucho en la
bombonera (especialmente por las fotos de la barra brava) que a los chicos les
encantó.
Almuercito en un barra libre de carne y esa noche a tomar algo con las amigas de mi hermana y copita en el barrio de Palermo. El miércoles estuvimos en el cementerio, donde contratamos una guía que te va contando la historia de argentina a través de las propias tumbas, así como las propias historias de ciertas tumbas, que son en muchos casos, replicas de monumentos europeos que copiaban. Muy recomendable.
Por la noche de fiesta en Las Terrazas, al lado del rio. Finalmente el jueves
recorrimos más La Recoleta y de nuevo a Palermo Soho que es un barrio tranquilo
por el día, lleno de tiendas alternativas súper bonitas y lleno de bares y
terrazas por la noche, nos gustó mucho. Esa noche preparamos el viaje a El Calafate
pues Viny, Alex y Marcela salían muy temprano.
De
Buenos Aires nos gusta todo el ambiente en general. La gente es amable, la
comida es rica y barata, es una ciudad que se puede caminar, la avenidas son
enormes (la 9 julio dicen que es la avenida más grande del mundo, tiene como 22
carriles) y tiene mucha vida, todos los días de la semana los restaurantes
están llenos de gente cenando, y hay mucho por hacer. Desde luego, y aunque
parezca un cliché, el tango le da a la ciudad un aire muy especial.
Ahh!! y probamos el mate.
Parece que te gustó el mate! Es una bebida muy especial para los argentinos porque no solo tiene un montón de historia (es el referente del gaucho) sino que también es algo social, se toma en reuniones con amigos o los domingos en familia. Hace poco encontré un alquiler de apartamentos en Palermo y a unas cuadras había un bar que era específicamente para tomar mate, y se llena eh!
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