LA CHAPADA DIAMANTINA, ESPECTÁCULO DE LA NATURALEZA

El día 29 de agosto a las 5:00 a.m. salíamos del hotel de Salvador en un taxi hacia la estación de autobuses, por cierto aquí amanece prontísimo y ya a las cinco de la mañana se ve movimiento por las calles.

Tras seis horas y media en un bus muy cómodo, con asientos amplios y muy reclinables, llegamos al pueblo de Lencois, el que sería la base para nuestras excursiones por el Parque Natural de La Chapada Diamantina.

La Chapada es un parque de más de 70.000 Km2, así que como os imaginareis en cuatro días que estuvimos allí sólo nos dio tiempo a hacernos una pequeña idea de lo que realmente es. En el mes de septiembre es temporada seca y los ríos aunque caudalosos, no están al 100%. Una breve descripción de lo que vimos en dos días de excursiones en el parque, pueden ser los frecuentes saltos de ríos y cascadas o “chorreiras” de hasta 370 metros, creo que la segunda más alta de Brasil está allí, pozas en las que darte un bañito maravilloso, toboganes naturales en los ríos, grutas o cuevas de varios cientos de metros, ascensiones a picos desde donde ver una panorámica interminable … la verdad que merece muchísimo la pena.

A mi personalmente lo que más me gustó fue el salto en tirolina hasta una poza con una cascada que era la po…, eso lo disfruté como un enano, aunque la subida y las vistas desde el pico o Morro Do Inácio eran también espectaculares. El tobogán también era muy guapo pero no lo probamos porque los que perdían el equilibrio se pegaban unas host… de alucinar y no estamos ya para esos trotes.

La otra parte buena del parque es el propio pueblo de Lencois, a mi me pareció súper bonito, tranquilo, agradable, con sus barcitos y restaurantes decorados con mucho detalle donde se comía de maravilla, donde tomarte unas cervecitas o unas cahipirinhas. En alguna guía leí que era como un mini Pelourinho y la verdad es que sí, está lleno de pequeñas casas y edificios coloniales de colores, construidos por los portugueses cuando éstos se asentaron en la zona para explotar las minas de diamantes. En esta zona se produce una de las mejores cachazas de Brasil y en algunos bares podías ver hasta 50 tipos diferentes. La gente es amabilísima, educada, sonriente, tranquila todo el mundo te saluda por la calle y te levanta el dedo en plan Ronaldinho.

Lo único malo que tiene es que a todas las excursiones necesitas contratar guía y son bastante caros, dependiendo de la excursión te puede costar unos 50 euros por persona y día. También hay excursiones de tres y de hasta cinco días seguidos durmiendo en poblados o tiendas de campaña.

Nosotros estuvimos cuatro días, dos enteros en el pueblo, el tiempo perfecto -pues a Mapi le dio alergia alguna planta del parque-  y estuvimos paseando y sentándonos en cada rinconcito o terracita a tomar algo, hablando con la gente… bueno que me encantó, me encantó. Volvería mañana si no estuviera tan lejos.