El
viernes 30 de septiembre a las 6 de la tarde llegamos al hotel de El Calafate.
Esa noche plan tranquilo pues salíamos el sábado a la excursión a las 8 a.m.
El
Calafate es un pueblo al sur de la Patagonia argentina en medio de un lago
enorme y entre montañas con un paisaje medio desértico pero muy bonito. También
tiene un aire a un pueblo de una estación de esquí ya que hace frío, se siente
el aire súper limpio, todas las casas son de madera con los tejados puntiagudos
y está lleno de tiendas de ropa de montaña y de agencias de viaje que te
ofrecen diferentes rutas o aventuras para hacer ahí. Lo más importante de El
Calafate es que se encuentra a una hora en bus de los 3 glaciares más
importantes de Suramérica, entre los que se encuentra el Perito Moreno.
Para
ir a los glaciares tienes varias opciones. Nosotros decidimos contratar un tour
que incluía un mini tracking en el glaciar Perito Moreno. Primero vas en bus
media hora hasta el lago Argentino, luego coges un barco que te acerca hasta el
pié del glaciar (hace frío pero no tanto como nos imaginamos). Como ven en las
fotos, parece de mentiras, parece como crema blanca de un ponqué (tarta in
spanish). Además es inmenso, la altura de la pared de hielo es de 60 metros sobre la superficie y de ancho tendrá como 500 metros en esta parte (vista desde el barco) y casi un kilómetro en la otra (vista desde las pasarelas).
En el
parque te dan las correspondientes explicaciones, te ponen crampones y te
enseñan a caminar con ellos. Luego empieza la caminata sobre el glaciar, como
de una hora y media en la que caminas por montañas de hielo y en la que vas
esquivando grietas.
Es muy especial los colores blancos y azules del hielo,
muuuuy chévere. El agua es de un color azul marino muy lindo. Al final del
camino, en medio del glaciar nos encontramos una mesa con agua y whiskey, así
que los guías cogían el hielo del suelo y a tomarnos un whiskisito!
La segunda parte del tour te llevan a la parte de las pasarelas desde donde tienes una vista panorámica del Glaciar y desde donde puedes ver los desprendimientos de los enormes bloques de hielo que hacen un ruido muy fuerte. De vez en cuando se escuchan los ruidos producidos por las enormes grietas en el hielo.
Antes de llegar a Calafate nos bajamos en el Museo del Hielo aunque nosotros lo que buscábamos era… el
Bar de Hielo, en donde sólo puedes estar media hora pero puedes tomar todo lo
que quieras, imagínense! Hasta los vasos eran de hielo. Nos reímos mucho y
salimos contenticos. De ahí, al bar donde fuimos los tres días, que tenía una
librería y muy buen ambiente. Esa noche salimos a comer cordero que es lo
típico de la zona, y carne y demás acompañamientos (chorizo, morcilla, etc.)
con una buena botella de vino. Delicioso.
El
domingo por la mañana fuimos a una reserva natural de aves que está en el
propio lago de Calafate, como a 20 minutos andando. Ahí pudimos ver flamencos
rosados muy lindos, después comimos en una terracita con un solecito
maravilloso. De vuelta a Buenos Aires a despedir a Viny que viajaba el lunes.
Estuvimos
felices, no solo por lo que vimos, creemos que lo mejor fue la compañía.
Gracias a todos por todo. Un gran e inolvidable paseo.
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