viernes, 21 de octubre de 2011

EL CALAFATE, EL GLACIAR PERITO MORENO: INDESCRIPTIBLE


El viernes 30 de septiembre a las 6 de la tarde llegamos al hotel de El Calafate. Esa noche plan tranquilo pues salíamos el sábado a la excursión a las 8 a.m.

El Calafate es un pueblo al sur de la Patagonia argentina en medio de un lago enorme y entre montañas con un paisaje medio desértico pero muy bonito. También tiene un aire a un pueblo de una estación de esquí ya que hace frío, se siente el aire súper limpio, todas las casas son de madera con los tejados puntiagudos y está lleno de tiendas de ropa de montaña y de agencias de viaje que te ofrecen diferentes rutas o aventuras para hacer ahí. Lo más importante de El Calafate es que se encuentra a una hora en bus de los 3 glaciares más importantes de Suramérica, entre los que se encuentra el Perito Moreno.


Para ir a los glaciares tienes varias opciones. Nosotros decidimos contratar un tour que incluía un mini tracking en el glaciar Perito Moreno. Primero vas en bus media hora hasta el lago Argentino, luego coges un barco que te acerca hasta el pié del glaciar (hace frío pero no tanto como nos imaginamos). Como ven en las fotos, parece de mentiras, parece como crema blanca de un ponqué (tarta in spanish). Además es inmenso, la altura de la pared de hielo es de 60 metros sobre la superficie y de ancho tendrá como 500 metros en esta parte (vista desde el barco) y casi un kilómetro en la otra (vista desde las pasarelas). 




En el parque te dan las correspondientes explicaciones, te ponen crampones y te enseñan a caminar con ellos. Luego empieza la caminata sobre el glaciar, como de una hora y media en la que caminas por montañas de hielo y en la que vas esquivando grietas. 








Es muy especial los colores blancos y azules del hielo, muuuuy chévere. El agua es de un color azul marino muy lindo. Al final del camino, en medio del glaciar nos encontramos una mesa con agua y whiskey, así que los guías cogían el hielo del suelo y a tomarnos un whiskisito! 




La segunda parte del tour te llevan a la parte de las pasarelas desde donde tienes una vista panorámica del Glaciar y desde donde puedes ver los desprendimientos de los enormes bloques de hielo que hacen un ruido muy fuerte. De vez en cuando se escuchan los ruidos producidos por las enormes grietas en el hielo.





Antes de llegar a Calafate nos bajamos en el Museo del Hielo aunque nosotros lo que buscábamos era… el Bar de Hielo, en donde sólo puedes estar media hora pero puedes tomar todo lo que quieras, imagínense! Hasta los vasos eran de hielo. Nos reímos mucho y salimos contenticos. De ahí, al bar donde fuimos los tres días, que tenía una librería y muy buen ambiente. Esa noche salimos a comer cordero que es lo típico de la zona, y carne y demás acompañamientos (chorizo, morcilla, etc.) con una buena botella de vino.  Delicioso.



El domingo por la mañana fuimos a una reserva natural de aves que está en el propio lago de Calafate, como a 20 minutos andando. Ahí pudimos ver flamencos rosados muy lindos, después comimos en una terracita con un solecito maravilloso. De vuelta a Buenos Aires a despedir a Viny que viajaba el lunes.



Estuvimos felices, no solo por lo que vimos, creemos que lo mejor fue la compañía. Gracias a todos por todo. Un gran e inolvidable paseo.



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