martes, 25 de octubre de 2011

SANTIAGO DE CHILE: QUÉ RICO ESTÁ ESTE VINO!

Llegamos a Santiago el martes 4 de octubre por la tarde, aunque pensábamos que era por la mañana (lo sentimos Maira!). La casa de Nati está en el barrio Providencia, es un barrio tranquilo y bien ubicado para moverte por la ciudad.

Ese día cenamos los tres ahí y no paramos de hablar y actualizarnos después de 5 años. Lo mejor de todo es que seguimos igualitas. Nos reímos mucho acordándonos de viejos tiempo, y ahí empezó nuestra cata de vinos chilenos, pues Nati es experta y tiene –o tenía- muchos en su casa.

El miércoles nos fuimos a pasear por la ciudad, a ver el centro, La Moneda, la catedral, parques que atraviesan la ciudad, la Universidad tomada por los estudiantes, etc. Muy segura la ciudad, limpia y fácil de moverse en ella.  Esa noche una cenita tranquila en el Patio Bellavista, una de las zonas súper animadas de Santiago (hay muchas y eso nos sorprendió y gustó mucho), llena bares y restaurantes, y de gente, aunque era martes!.






El jueves nos fuimos temprano para Valparaíso (patrimonio de la humanidad) y a Viña del Mar. En Viña realmente no hay mucho pues es una ciudad donde la gente pasa el verano, lo mejor es que vimos una de las estatuas de la Isla de Pascua (Moáis) que tienen en la entrada de un museo. Dicen que hay más de 800 estatuas, de las que sólo unas pocas están fuera de la isla y que las construían cada vez que moría el hombre más viejo de cada familia y éstas competían por hacer la más grande. Dicen que todas miran hacia dentro de la isla para darles protección, y que sólo hay una mirando hacía el mar, que es el que vigila la isla.


Valparaíso es muy especial, construida sobre varios cerros alrededor del puerto del que vive la mayor parte de las familias. Dicen que todas las familias de Valparaiso tienen al menos un miembro que trabaja con algo relacionado con el puerto. Lo más famoso de esta ciudad son sus casas de colores que están construidas con el metal de los contenedores de carga que luego pintan. Obviamente fue imprescindible la visita a la casa de Neruda. Valparaiso también destaca por ser una ciudad donde reside la gente bohemia.






Además de todo, como era jueves, había manifestación de los estudiantes de universidades y colegios públicos, que llevan en paro desde hace 4 meses, pues entre otras cosas, quieren que la educación sea gratuita, así que nos toco oler un poquito de gases lacrimógenos que tira la policía para dispersar las manifestaciones. Son auténticos enfrentamientos, y el tema está bastante complicado pues los estudiantes están muy fuertes en su posición (con toda la razón), y el gobierno no parece muy dispuesto a ceder. Además pudimos comprobar lo desacreditado que está Piñera.

Esa noche Nati nos llevo a The Clinic, un bar del periódico con ese nombre que crearon en alusión a la clínica donde estuvo retenido Pinochet en Londres. El bar es buenísimo, lleno de caricaturas y de sátiras políticas (se puede ver por internet el periódico que también es muy chistoso). Comimos comida chilena, más vinito rico y buena charla. Nos encantó ese sitio.


Al día siguiente, hicimos cenita en su casa con amigos del trabajo de Nati, viendo el partido Chile – Perú (mejor no comentar mucho sobre el partido). Esa noche creo que probamos todas las cepas de chile, Pablo no dejaba de decir con cada vino: “qué rico está este vino!”. La verdad el vino chileno está buenísimo.


Lo anterior lo comprobamos aún más el sábado que fuimos con la Nati, la Sole y la Chavela (dos amigas de Nati encantadoras y muy divertidas) a la bodega “Viña Casas del Bosque” a almorzar. Qué buen plan! Comida rica, mucho vino y buena compañía, nos reímos muchísimo. Luego fuimos a un cumpleaños de la prima de Nati. Su familia encantadora, súper atenta. Y como no, vimos algo de los asados chilenos. Por lo visto todo se celebra con un asado!. Por la noche, como para rematar y no decir que perdimos el tiempo, cenita en la casa de la Sole.







Finalmente, el domingo de despedida fuimos con la familia de Nati (mamá, hermana, sobrino, amigas) a almorzar al campo, en medio de las montañas en el Cajón del Maipo. Comida italiana muy rica con un paisaje de fondo muy lindo.


En Santiago estuvimos felices, sobre todo por ver a Nati, es una maravillosa amiga y anfitriona. Es muy rico saber que a pesar del tiempo y la distancia seguimos contando con buenos amigos en distintos lugares del mundo. Santiago además nos encantó. Es una ciudad con una muy buena calidad de vida para vivir. De pronto, algún día…


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