sábado, 14 de enero de 2012

NORTE DE TAILANDIA: DESCANSO Y GRANDES AMIGOS


El sábado 18 de diciembre cogimos desde Bagán un bus durante 10 horas hasta la antigua capital de Myanmar, Yangón, la ciudad con el aeropuerto internacional. Llegamos a las 5 a.m. y el vuelo era a las 2 p.m., así que tuvimos 9 horas de espera. Finalmente, el domingo llegamos a Chiang Mai, norte de Tailandia, a las 6 de la tarde, sin haber dormido en 24 horas. Esa tarde noche nos fuimos a visitar el famoso mercado del domingo, llenísimo de gente, con artesanías muy lindas y comida de todo tipo. Allí cenamos unos huevitos de codorniz y como unos dados de pollo raros pero ricos. Es uno de los mercados más entretenidos y bonitos de los que hemos visto, sólo lo ponen el sábado y el domingo. También, como veis en la foto, tenían otros deliciosos manjares orientales aunque no nos atrevimos a probarlos, destacamos las cucarachas voladoras fritas de diez centímetros, todo un hit aquí.





Teníamos muchas expectativas de Chiang Mai pues tiene fama de ser una ciudad muy cultural, llena de librerías, restaurantes y bares, con un casco antiguo lleno de templos. Sin embargo, no nos impresionó mucho. Los templos son bonitos, y hay librerías interesantes, bares bonitos, es una ciudad agradable y relajada pero no nos pareció tan especial. Tal vez fue por lo grande que había sido el viaje a Myanmar, pero en Chaing Mai más que a conocer nos dedicamos a descansar, dormir hasta tarde y pasear tranquilos.

Claro que un día hicimos el típico e inevitable tour que hace todo el mundo: visita a una plantación de orquídeas; a una de las poblaciones donde viven las mujeres jirafa, que usan collares pesadísimos por una antigua leyenda que dice que las protege de demonios de la selva ; paseo en elefante (lo máximo!) y rafting (muchas risas!). La verdad que fue un día súper divertido, además tuvimos la suerte de que nos la llevamos muy bien con todo el grupo, unos chilenos-belgas y unos franceses. Gran día, nos reímos mucho.





Esa noche y por casualidades de la vida, fuimos a cenar a un restaurante israelí, y justo en la mesa de al lado había una pareja hablando en español sobre Colombia, así que nos pusimos a charlar un buen rato con ellos: Aileen y Felipe, madre e hijo, chilenos, que estaban de reencuentro pues Felipe llevaba viviendo 1 año en la India. Sin saberlo, conocimos a nuestros compañeros de viaje para los siguientes 16 días.

Con ellos al día siguiente nos fuimos en moto al templo Phra Thai Doi Suthep en lo alto de la montaña, y a la residencia de invierno de la familia real. Lo bonito del paseo, más que los lugares que visitamos, es la carretera entre los bosques y la vista de toda la ciudad. Cenamos de nuevo juntos y decidimos irnos a pasar navidad los cuatro junto a un español y otros amigos a un pueblo con fama de hippy, Pai.


Así que el jueves 22 llegamos por la tarde a Pai, después de 724 curvas en la carretera. Pai es un pueblo aún más al norte de Tailandia, casi en la frontera con Myanmar (de hecho viven muchos refugiados en esta zona), muy pequeño, con dos calles principales, llenas bares, sitios de masajes, restaurantes y tiendas de ropa y de artesanías. Todos los sitios con mucho encanto. Es un pueblo súper tranquilo, pero con ambiente, lleno de gente joven.  Nos quedamos en unas cabañas en medio de la naturaleza, con una cocina al aire libre donde nos encontrábamos todos los huéspedes a cualquier hora.

En Pai, paseamos en moto, Pablo en bici, hicimos caminatas, nos dimos por fin más de un masaje tailandés, comimos y charlamos mucho con nuestros amigos. Además, el 24 brindamos con vino chileno por cortesía de los mismos, y nos fuimos de fiesta, con serias consecuencias al día siguiente (pudimos comprobar porque a la cerveza Chiang le dicen Chiang –over), pero que valieron la pena, pues la pasamos muy bien.



Tenemos muy buenos recuerdos de Pai, es un lugar especial. Además recargamos energía para lo que teníamos planeado para Laos. Recomendamos este pueblo súper hippy en medio de las montañas con muchas rutas para hacer entre montañas y ríos. S epuede visitar el pueblo chino, mini cascadas, un puente de la segunda guerra mundial o el cañon de Pai especialmente recomendable.



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